Las enfermedades neuromusculares (ENM) son patologías crónicas, progresivas y raras, con una prevalencia muy baja en la población. En su mayoría, presentan un componente genético y en algunos casos coexisten varios afectados en la misma familia. En otras ocasiones no hay ningún historial familiar, y la enfermedad es resultado de una mutación genética espontánea, una respuesta inmune anormal o una causa desconocida (adquiridas).
A día de hoy, las ENM no tienen curación, el único tratamiento capaz de mejorar la calidad de vida e incluso prolongarla, es la fisioterapia.
Aunque la degeneración muscular no es dolorosa, la debilidad resultante puede causar calambres, rigidez, deformidades de las articulaciones, achaques y dolores crónicos, y a veces el agarrotamiento y paralización de las articulaciones (contracciones).
La fisioterapia tiene un importante papel en este tipo de enfermedades. Es muy importante aplicar las técnicas adecuadas en el momento adecuado para una buena evolución del paciente, debe adaptarse constantemente al estado evolutivo de la enfermedad, evitando siempre desencadenar fatiga, ya que agrava el proceso evolutivo, por ello se deben establecer pausas de descanso durante las sesiones.